El vidrio borosilicato se fabrica mediante la sustitución de grandes cantidades de álcali y, con frecuencia, de toda la cal, con B2O3. Aunque este último producto es un formador de redes (y no modificador sustituyente), reacciona también con el SiO2, casi de la misma forma que el sodio y la cal, que son modificadores.
La materia prima es el bórax (Tetrabotrato sódico), que al calentarlo da Trióxido de boro. El uso de B2O3 reduce el coeficiente de dilatación, por lo que la resistencia de estos vidrios a los choques térmicos es muy superior a la de los sodocálcicos. Además, la reducción de la cantidad de alcalinos presente hace mejor la no reactividad de dicho vidrio. Cumple los principales estándares internacionales para su uso en laboratorio, siendo apropiado para su calentamiento incluso a la llama.
El borosilicato, o silicato de boro, es un material componente de vidrios que se emplean extensamente en instrumentos ópticos por sus buenas propiedades ópticas y también mecánicas (baja dilatación).
Fue desarrollado por primera vez por el vidriero alemán Otto Schott a finales del siglo XIX y vendido bajo el nombre de “Duran” en 1893.
Además del silicio, el carbonato de sodio y el carbonato de calcio usado tradicionalmente en la fabricación de vidrio, el boro es usado en la manufactura de este vidrio. Normalmente su composición es: 70% sílice, 10% óxido bórico, 8% óxido de sodio, 8% óxido de potasio, y 1% óxido de calcio.
Aunque es más difícil de hacer que el vidrio tradicional, es económico producirlo por su durabilidad y su resistencia calórica y química. Encuentra un excelente uso en el equipamiento de laboratorios de química, cocina, iluminación y, en ciertos casos, ventanas.